El deporte es sinónimo de salud y bienestar, pero en ocasiones, algunas modalidades deportivas pueden generar ciertas molestias o consecuencias negativas inesperadas. La musculatura pélvica es una de las zonas del organismo que más afectada se puede ver por deportes muy practicados como el running, el tenis, el atletismo, el pádel, la equitación, el baloncesto, la halterofilia o el esquí entre otros, así como por modalidades de actividad física como el aerobic, los saltos de trampolín o las camas elásticas.

El suelo pélvico va deteriorándose de manera progresiva con la edad. No obstante, practicar deporte es una buena fórmula para tonificar esa musculatura, pero hay que prestar mucha atención a los altos impactos. Existen fórmulas para seguir practicando estos deportes reduciendo las posibilidades de sufrir pérdidas de orina o prolapsos, en cualquier caso, os indicamos cuáles son estas modalidades que más afectan a todo el área pélvica.

El running

El running encabeza la lista de deportes potencialmente peligrosos para el suelo pélvico no solo por el impacto que genera, sino porque es un deporte muy popular. Si se desea practicar una actividad física de carácter aeróbico y se padecen problemas de suelo pélvico, el running no es la mejor opción, especialmente si se practica al aire libre.

Correr al aire libre puede ser peligroso porque el suelo pélvico se enfrenta al impacto constante de las zancadas, que hacen que esta área abdominal acabe soportando gran parte del peso corporal.

Como disciplinas aeróbicas, son más aconsejables el ciclismo o la natación. En caso de querer seguir con el running, es apropiado correr sobre superficies blandas o hacerlo en cintas de gimnasio, utilizar buenas zapatillas y adaptar las carreras a la fisionomía de cada personal, la situación de partida del suelo pélvico y el fondo físico. Aquí os dejamos una guía completa de consejos útiles para correr sin dañar el suelo pélvico.

Deportes de raqueta

Tenis, pádel e incluso squash o bádminton son deportes no aconsejables para fases de recuperación del suelo pélvico. En el pádel, y también en el bádminton pero en menor medida en el tenis, se producen movimientos muy repetitivos que provocan un aumento brusco y puntual de la presión abdominal en posiciones de flexión del cuerpo.

Esta presión se dirige hacia las zonas de menor resistencia del suelo pélvico, lo que favorece el debilitamiento de las zonas de sostén. Como ocurre con el running, el impacto sobre el suelo pélvico depende también de la superficie sobre la que se practiquen estos deportes, siendo aquellos terrenos más duros los menos aconsejados, aunque en este caso este factor influye menos.

Los deportes de bicicleta 

En principio, montar en bicicleta es una actividad poco agresiva para el suelo pélvico, pues el impacto sobre esta zona es muy bajo. Sin embargo, en algunas situaciones puede ser perjudicial debido a la postura que se adquiere, una clase de spinning, pedalear sobre terreno irregular, levantarse y sentarse repetidamente sobre el sillín…

Para evitar estas situaciones, algunos consejos a la hora de montar en bicicleta pasan por pedalear manteniendo una postura erguida, adaptar la altura del manillar, colocar el sillín de modo que las piernas se mantengan semiflexionadas, evitar terrenos que exijan grandes esfuerzos y optar por superficies planas o ligeramente onduladas así como utilizar ropa adecuada que amortigüe la presión sobre el suelo pélvico.

El salto de trampolín

Aunque no es un deporte como tal, sino más bien una modalidad deportiva en la que se llevan a cabo saltos y acrobacias aéreas sobre una cama elástica, esta disciplina sí afecta negativamente al suelo pélvico.

Así se determina en el estudio publicado en la revista Clinical Journal of Sport Medicine (Da Roza, 2015), en el que se establece que más del 70% de las mujeres que se sometieron al estudio comenzaron a sufrir pérdidas de orina tras iniciarse en esta modalidad deportiva.

Con el salto de trampolín vemos que se suman dos de las prácticas que más debilitan el suelo pélvico: la repetición constante de movimientos de presión sobre el suelo pélvico y el impacto sobre la cama tras realizar los saltos, que hace que el área pélvica soporte todo el peso de la zona abdominal.

Halterofilia

La halterofilia, el levantamiento de pesas, tampoco es una modalidad aconsejable en caso de sufrir problemas de suelo pélvico. El peso al que se enfrenta el cuerpo cuando está soportando las barras y mancuernas es mucho mayor, posibilitando su agotamiento al realizar una presión de manera continuada.

Con respecto a la halterofilia, es importante señalar que otras modalidades deportivas, como el crossfit, en la que se practican ejercicios derivados de la halterofilia, también pueden ocasionar problemas en esta área del organismo.

Como vemos, todos aquellos deportes y modalidades deportivas que se basen en la repetición de movimientos o en el impacto continuo sobre la musculatura pélvica pueden causar problemas a esta área, y si bien sus beneficios para la salud son más numerosos que los posibles problemas que causan, es importante atender bien a consejos como realizar un buen calentamiento, no realizar sobre esfuerzos y equiparse de manera adecuada para reducir estos problemas.

Ejercicios para fortalecer el suelo pélvico

Al igual que existen actividades deportivas que generan un impacto preocupante sobre el suelo pélvico, otras ayudan a reforzar esta área corporal. La natación es una de ellas. Si bien no existen estudios específicos que abordan los efectos que tienen nadar sobre el fortalecimiento de esta zona, esta actividad sí resulta beneficiosa porque no es un deporte de impacto y su práctica ayuda a controlar el peso, lo que condiciona de manera indirecta el buen estado del suelo pélvico.

El yoga y el pilates son también dos modalidades muy aconsejables para lograr este propósito de reforzar el área pélvica. La práctica de posturas de yoga acompañadas de respiración diafragmática (respiraciones profundas que se realizan con el músculo del diafragma), ayudan a reducir la presión sobre el abdomen, provocan una contracción adecuada de la pared abdominal y tonifican la musculatura perineal.

El pilates ofrece propiedades parecidas, pero en ambas disciplinas es importante aprender de manera adecuada los ejercicios y las técnicas de respiración, pues de lo contrario, el resultado puede ser contraproducente.